Por Paul Madaule, L. Ps.
La música es un conjunto de melodías que, el común de la gente suele disfrutar y apreciar, pero existen otras personas a las que no les gusta, al contrario, no soportan escucharla, ya que las experiencias previas son fundamentales en este proceso, una percepción distorsionada, un sonido monótono, puede llegar a cerrar esa ventanita del goce musical para el resto de la vida, siendo que el deleite musical es un derecho con el que se nace, dice Dr. Tomatis. Además podemos relacionar que los niños que no escuchan bien suelen tener problemas de rendimiento escolar, donde las terapias musicales actuales dan buenos resultados.
El Dr. Tomatis plantea que existe una gran diferencia entre el oír y el escuchar, ya que ambas tienen mecanismos biológicos distintos. El oír es una percepción pasiva de los sonidos, en cambio, el escuchar es un acto voluntario, que requiere el deseo de hacerlo, además este acto incluye la necesidad de seleccionar la información, de manera clara y ordenada, que solita cierto grado de atención, cuidado y concentración. Por lo tanto el escuchar cumple un rol fundamental en el desarrollo del lenguaje y es el punto de partida para del desarrollo del lenguaje oral y posteriormente el escrito.
La música tiene cuatro características, que son el tono, el timbre, la intensidad y el ritmo, las que se encuentran también en el lenguaje oral. La música puede ser considerada como un leguaje pre-lingüístico, ya que el balbuceo y la reiteración de palabras corresponden a la escala musical. Por lo tanto, la música y las canciones infantiles dan la posibilidad de pasar de un mundo no verbal a un mundo verbal y que también proyecta un futuro exitoso para los niños.
A pesar de todas las facilidades que nos entrega la música existen aquellos niños a los que la música y por consiguiente el habla, le son desagradables, por lo tanto, estos niños se encuentran en desventaja respecto de los otros niños, primero en el área del lenguaje y en segunda instancia ya en su época escolar encontramos niños con notables desventajas en su rendimiento escolar. Estos problemas, como antes mencioné depende de las experiencia previas de cada niño, a algunos no les gusta el timbre de su voz y por tanto no hablar, para no escucharse.
Existe un Método Tomatis, cuyo objetivo es mejorar su capacidad de escuchar y por consiguiente disminuir aquellos problemas que lo hacen un escuchador deficiente. Este método se basa en un entrenamiento auditivo mediante frases, las que van aumentado en el proceso de aprendizaje. En el método Tomatis se utilizan cuatro tipos de música, entre las que encontramos:
La música de Mozart: se caracteriza por el sonido del violín, que prepara al niño para escuchar y comunicarse, tiende a relajar y despertar al mundo del sonido al niño.
Cantos Gregorianos: este se caracteriza por tener un ritmo compatible con la respiración y los latidos cardiacos, se utiliza para tranquilizar a los niños impulsivos, irritables, tensos o inquietos.
Las Canciones Infantiles: funcionan como una invitación al lenguaje, se utilizan en niños menores de ocho años, que no sólo desarrolla el lenguaje, sino que también desarrollan otras áreas como las matemáticas, las ciencias y más.
En fin el método Tomatis, basado en la estimulación sensorial, ayuda al niño a solucionar cietos problemas específicos del lenguaje, aprendizaje y comunicación.
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