Referencia: Revista Electrónica "Actualidades Investigativas en Educación"volumen 2, Nº1, año 2002.
Por Ana Lupita Chaves Salas
El texto tiene por objetivo plantear ciertos cuestionamientos con respecto a las prácticas que se emplean para realizar el apresto en los niños. Dichas prácticas responden a enfoques empiristas y conductistas, por lo tanto, plantean que los niños adquieren sus conocimientos mediante repetición y de manera pasiva. Dejando de lado que el niño adquiere conocimientos variados gracias a las interacciones que mantiene con su entorno más cercano, que en su etapa de niñez generalmente es su familia y ya en su etapa escolar son las interacciones con sus compañeros, profesores y otros adultos, ampliando su círculo, por consiguiente, sus posibilidades de aprender mejores y variados conocimientos.
El gran objetivo de la educación preescolar es promover el desarrollo integral del niño, durante su niñez temprana, es decir, entre los 0 y 6 años, etapa en la cual el niño adquiere gran parte de sus habilidades y conocimientos, los cuales le serán significativos para el resto de su vida.
A raíz de lo antes expuesto, y gracias a una serie de conocimientos adquiridos previamente por medio de lecturas y trabajos realizados, puedo darme la libertad de realizar un breve comentario sobre el tema. Los niños en esta etapa de su vida adquieren un sin de habilidades que le permitirán desenvolverse en la sociedad en la que están insertos. Dándoles así la posibilidad de crecer siendo parte de su entorno y de ser integrados en él como un miembro activo. Para mi, el lenguaje en particular es fundamental en el desarrollo del niño, tanto cognitiva, como socialmente, ya que a partir del lenguaje es capaz de dar a conocer sus ideas y lograr establecer relaciones sociales, en pro de conseguir sus propios objetivos.
Además cabe tener en cuenta, que si vemos el desarrollo del niño desde el punto de vista de la neurociencia, nos podemos dar cuento que él posee un mayor número de conexiones que un adulto de 25 años, por lo tanto, no se puede menoscabar las capacidades del niño para adquirir nuevos conocimientos y lograr excelentes resultados en las distintas áreas del aprendizaje.
Sin embargo, nos podremos dar cuenta que muchas personas, incluso educadoras, limitan al niño a un cierto número de aprendizajes, por según ellas, los niños no pueden más y deben seguir un camino, estrechándoles los pasadizos a nuevas áreas del saber. Por ende, es nuestra misión como estudiantes y futuras educadoras, derribar esas barreras impuestas, en pro de un desarrollo real para los niños, propiciando una gran gama de oportunidades, donde el niño pueda elegir que aprender, ayudándolo a ser más autónomo y seguro de si mismo, ya que esto le ayudará a seguir por la senda del saber y lograremos un real cambio a nuestra misión educativa.
El gran objetivo de la educación preescolar es promover el desarrollo integral del niño, durante su niñez temprana, es decir, entre los 0 y 6 años, etapa en la cual el niño adquiere gran parte de sus habilidades y conocimientos, los cuales le serán significativos para el resto de su vida.
A raíz de lo antes expuesto, y gracias a una serie de conocimientos adquiridos previamente por medio de lecturas y trabajos realizados, puedo darme la libertad de realizar un breve comentario sobre el tema. Los niños en esta etapa de su vida adquieren un sin de habilidades que le permitirán desenvolverse en la sociedad en la que están insertos. Dándoles así la posibilidad de crecer siendo parte de su entorno y de ser integrados en él como un miembro activo. Para mi, el lenguaje en particular es fundamental en el desarrollo del niño, tanto cognitiva, como socialmente, ya que a partir del lenguaje es capaz de dar a conocer sus ideas y lograr establecer relaciones sociales, en pro de conseguir sus propios objetivos.
Además cabe tener en cuenta, que si vemos el desarrollo del niño desde el punto de vista de la neurociencia, nos podemos dar cuento que él posee un mayor número de conexiones que un adulto de 25 años, por lo tanto, no se puede menoscabar las capacidades del niño para adquirir nuevos conocimientos y lograr excelentes resultados en las distintas áreas del aprendizaje.
Sin embargo, nos podremos dar cuenta que muchas personas, incluso educadoras, limitan al niño a un cierto número de aprendizajes, por según ellas, los niños no pueden más y deben seguir un camino, estrechándoles los pasadizos a nuevas áreas del saber. Por ende, es nuestra misión como estudiantes y futuras educadoras, derribar esas barreras impuestas, en pro de un desarrollo real para los niños, propiciando una gran gama de oportunidades, donde el niño pueda elegir que aprender, ayudándolo a ser más autónomo y seguro de si mismo, ya que esto le ayudará a seguir por la senda del saber y lograremos un real cambio a nuestra misión educativa.
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